Somos aquello que no aquello que fue y no es más que sombra perdida del lejano ayer. Y entonces creemos ser aquello que no renacerá escombro despojo sombra. Nos equivocamos: aún en la herida la luz deja huella renace entonces aquello que sí lo que seremos lo que transformado se vuelve fuerza cimiento fuego sonrisa. Nos equivocamos del silencio del más crudo silencio surge la voz perdida y brota el fuego que ahora -que definitivamente ahora- somos.
Hubo una pausa -el desastre- ¿qué búsqueda infructífera iniciaré hoy? Hubo una pausa -la rasgadura- un leve respiro -la abolladura- un minuto para mí -de nuevo el golpe- ¿A dónde viajará una vez más mi desconcierto? Hubo una pausa -un nuevo daño-
Que difícil es ser -no ser- esto que escurre a mitad del día que calla mientras -dentro- una fila de arañas surca el epitelio la carne el borde de las células. Que triste ser -no ser- el rincón más alejado donde no llegan palabras -ecos- de lo que quisieras y no escuchas. Que difícil ser el abrazo que llega -el que no llega- el fingido sonar de las gaviotas ahí donde no existes ni tu nombre ni la sensación de estar fuera de todo de tu cuerpo que no es más que la traición de lo que fuiste. 21 de febrero de 2020 a mitad de un ataque de ansiedad.
La ansiedad ha vuelto, y ni siquiera sé exactamente dónde dejé el diario en el que he estado escribiendo sobre estos episodios; pero necesito hablarlo, dejar constancia escrita, porque he descubierto que eso ayuda. Acabo de notar que tener el celular en mis manos activa síntomas, es curioso, y a la vez no, porque de alguna manera esa conexión que he establecido con algunas personas es la clave para comprender de dónde viene todo esto.
Mastiqué las Simplex, tomé mucha agua, puse una playlist con sonidos ambientales y me dispuse a escribir; pequeños remedios que sólo bajan las sensaciones; pero que no se las llevan por completo. Estos días he tratado de averiguar qué pensamientos están detrás de todo esto, pero no lo consigo, pareciera que únicamente se trata de mi sistema límbico y mi sistema simpático activados y en alerta constante; pero sé que no es del todo cierto, esa activación tiene un origen, reconozco el origen, pero no puedo entender las creencias que están detrás de todo esto. Le dije a mi terapeuta que había considerado adelantar nuestra cita, pero que había descubierto que tenía recursos; hoy estoy usando algunos, pero es difícil, está siendo duro; quisiera estar en casa, en pijama y mirando el techo de mi habitación, eso no remediaría nada, pero al menos estaría menos incómoda. Hoy, temprano, dije que estaba de buen humor, me sentía tranquila, o al menos más tranquila; sé que esta sensación de hormigueo en el cuerpo se irá tarde o temprano, que si trato de resistirme será peor, pero es difícil aceptar la incomodidad; y más difícil es aceptar que la ansiedad seguirá viniendo aún después de que yo gane esta batalla. Hoy simplemente quiero que termine el día laboral (a las 5:30), llegar a casa, salir a caminar media hora y, esta vez, sí soltar el celular por el resto del día. Por ahora la ansiedad está aquí, sentada a un lado mío, observando cómo escribo todo esto y colgándose de mi cuello y hombros; veremos cuánto tiempo le toma aburrirse e irse de aquí.
Ese momento a mitad del día en que el dolor en la nuca el hormigueo en las piernas la tensión cervical te hacen preguntarte si no fue demasiado aventurado demasiado optimista decir "hoy estoy de buen humor".
Lo cierto es que esta mañana era el gris
pero entonces:
las voces amigas
las preguntas
un par de cervezas
el resplandor de la familia
y la música.
Lo cierto es que había planes
un domingo brumoso
aislado
en silencio
pero entonces:
la calma
una esquina de verano
alguna que otra canción
los fideos chinos
y el llanto de una película.
Todo fue azul
luminoso y azul/ tranquilo y azul
parece ser que los planes de gris ya no funcionan.
Te digo que aquí -que nunca aquí- hubo nada construcción en ruinas siempre vacía sin dueños ni recuerdos ni siquiera fantasmas/señales de algo inconcluso. Te digo -de nuevo- que aquí nunca hubo nada las ruinas estuvieron desde el día primero la vegetación dueña de todo y el moho cubriendo las paredes -aquí nunca nada- siempre el mismo silencio las mismas ventanas cerradas el ocre y su función perfecta el polvo vuelto película lodosa y el frío el húmedo frío metido bajo el epitelio colado entre cada osteocito espacio hueco. -Aquí nunca nada- el sitio vacío en el que nadie vive -ni vivió- inhabitado húmedo frío clausurado.
Es el tiempo de las lloviznas invisibles de estarse quieta de fingir que se respira de anular los pensamientos y caer y no caer. Es el tiempo de las nubes de la espina horadando sueños del breve dolor del estado de ánimo incompleto. Es el tiempo de dejarlo todo quieto frágil diminuto vacío inexistente. Un espacio entre la nada.
Llevo tiempo postergando escribir sobre un tema que me hace feliz, busco siempre el momento oportuno para sentarme y al fin poner mis ideas en claro, pero no lo logro, incluso ahora estoy escribiendo desde mi cama, medio acostada, mientras de fondo suena una canción que significó mucha tristeza hace 8 años, y mientras en mi cabeza no paran los pensamientos sobre el día tan ocupado que me espera mañana; en resumen, hoy tampoco será el día en el que hable de la amistad, de la resiliencia, de la sororidad y de cómo mi vida se ha ido acomodando poco a poco al grado de recobrar la tranquilidad, el amor y la confianza en mí misma. No, no será el día en el que me detenga a hablar de eso; pero sí es el día en el que puedo decir que llevo mucho tiempo sin escribir en mi "diario de ansiedad" y también es el día en el pude escuchar "Yellow" y darle un nuevo significado, el día en el que esa canción volvió a pertenecerme. Ah, también tomé una siesta de dos horas, lloré con Jojo Rabbit, vi los Oscars y me comí un pan con crema de cacahuate. Domingo, pues.
Dices, mejor dicho: callas -la doble confirmación- -el azul silencio- y no dices la pantalla no muestra un escribiendo... lo curioso es -pese a lo que cualquiera creería- que no espero ni el sonido que trae una respuesta ni un futuro con el que cualquiera soñaría.
¿Y si caemos?
¿Y si una vez más caemos?
Dijiste "no"
Mentira -solo hubo silencio-
¿fue eso lo que querías transmitir?
¿fue eso lo que quisiste proteger?
sabes
no
no lo conseguiste
-ni remotamente-
ahora despierto
a mitad de la noche
[y descubro que tu voz
y descubro que tus ojos]
y descubro que una vez
[una vez más]
-después de creer que nunca-
escribo
[finjo que escribo]
-pero escribo-
poemas que quizá lleven la palabra "amor".