Es marzo otra vez.
Se acumuló la vida.
La ansiedad siguió.
El home office terminó por agotarnos.
Odiamos a los idiotas del Covid.
Sentimos miedo.
Siguió la indignación.
Luego vino la furia.
La llama.
El fuego.
El incendio.
Finalmente
la destrucción.
Es marzo otra vez. Se acumuló la vida. La ansiedad siguió. El home office terminó por agotarnos. Odiamos a los idiotas del Covid. Sentimos...
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