Esa curiosa costumbre de perder; de perder porque elegimos cerrar los ojos y fingir.
Escucho canciones románticas y melodramáticas de los 90 porque encajan con mi estado de ánimo actual: estoy esperando el final de la película. Y duele. A pesar de haber leído la reseña desde el principio. Pero así soy: elijo engañarme desde un inicio para hacer lo que me viene en gana; para no detenerme y poder ser impulsiva; para ser feliz aunque sea un tiempo.
Lo supe hoy: yo quiero más; pero no habrá más y eso siempre estuvo claro. De nada, al menos esta vez, sirve querer más, pero aquí estoy: deseando, interiormente pidiendo y... triste.
Sé que en unos años leeré esto y habré "soltado" hace mucho, pero hoy no; hoy aún quiero aferrarme a los créditos de la película, antes de que la sala de cine se ilumine y todo haya terminado.
